viernes, 3 de octubre de 2014

Salmo 119:169-176. TAV

Salmo 119:169-176. TAV
(Día 39)

Llegamos a la última estrofa del Salmo 119, la cual está relacionada con la letra final del alfabeto hebreo: Tav (ת).

Salmo 119: 169-176. TAV
(169) Llegue mi clamor delante de ti, oh Jehová; dame entendimiento conforme a tu palabra [Dabar].
(170) Llegue mi oración delante de ti; líbrame conforme a tu dicho [Imra].
(171) Mis labios rebosarán alabanza cuando me enseñes tus estatutos [Jukim].
(172) Hablará mi lengua tus dichos [Imra], porque todos tus mandamientos [Mitzvot] son justicia.
(173) Esté tu mano pronta para socorrerme, porque tus mandamientos [Pikudim] he escogido.
(174) He deseado tu salvación, oh Jehová, y tu ley [Tora] es mi delicia.
(175) Viva mi alma y te alabe, y tus juicios [Mishpatim] me ayuden.
(176) Yo anduve errante como oveja extraviada;  busca a tu siervo, porque no me he olvidado de tus mandamientos [Mitzvot].


El tema central de esta última estrofa es: la salvación.  Primero, el salmista pide salvación del Señor: “llegue mi clamor delante de Ti”; “líbrame conforme a tu dicho”; “esté ti mano pronta para socorrerme”; “he deseado tu salvación”. 

El salmista reconoce que en un tiempo era como “oveja perdida”, pero el Señor lo salvó y le dio vida.  Esta es una oración que todos podríamos levantar, porque todos hemos pecado y nos hemos apartado del Buen Camino.
(Isaías 53:6)  Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros.

El Cordero de Dios cargó con nuestros pecados y murió en nuestro lugar para que pudiéramos ser reconciliados con Dios y pudiéramos tener vida eterna.
(Isaías 53:5)  Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.
(Isaías 53:10-11)  Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento. Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje,  vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada.  (11) Verá el fruto de la aflicción de su alma, y quedará satisfecho; por su conocimiento justificará mi siervo justo a muchos, y llevará las iniquidades de ellos.



Nuestra respuesta ante el regalo de salvación de Dios debe ser el siguiente:
a. Desearlo, y creer en Él
(Salmo 119:174)  He deseado tu salvación, oh Jehová, y tu ley es mi delicia.

b.  Alabanza
(Salmo 119:171) Mis labios rebosarán alabanza cuando me enseñes tus estatutos.
(Salmo 119:175) Viva mi alma y te alabe, y tus juicios me ayuden.

c. Obediencia:
(Salmo 119:173) Esté tu mano pronta para socorrerme, porque tus mandamientos he escogido.
(Salmo 119:176) Yo anduve errante como oveja extraviada; busca a tu siervo, porque no me he olvidado de tus mandamientos.

Curiosamente, en el hebreo antiguo la letra Tav se dibujaba como una cruz.  La palabra “Tav” significa: marca, señal, firma.  Esta letra apareció en una visión que Dios le dio al profeta Ezequiel.  Él vio que el Señor había mandado a marcar con una “Tav” a aquellos que habían permanecido fieles en Israel; cuando llegara el juicio a Jerusalén, sólo los sellados se iban a salvar (Ezequiel 9).  Esto sucedió en tiempos del Primer Templo, y también es sombra del juicio final; los que estén cubiertos con la sangre del Cordero, que murió en la cruz por nuestros pecados, ellos serán salvos.   


Oremos…
Señor, quiero comenzar dándote gracias por haberme redimido.  Yeshua, Tú moriste por mí en la cruz, pagando por mi deuda de pecado.  Gracias, porque la salvación pertenece a Ti, Dios que estás sentado en el trono y al Cordero.  La bendición y la gloria y la sabiduría y la acción de gracias y la honra y el poder y la fortaleza son para Ti, Yehová, por los siglos de los siglos.
Te estoy eternamente agradecido, pues te debo mi vida eterna; y como respuesta, me dispongo a dedicar mi vida a Ti.  Procuraré con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse,  que usa bien la palabra de verdad.  Por lo tanto, ceñiré los lomos de mi entendimiento, seré sobrio, y esperaré por completo en la gracia que vendrá cuando Yeshua sea manifestado.  Como hijo obediente, no me conformaré a los deseos que antes tenía estando en mi ignorancia; sino, Tú eres santo, también yo seré santo en toda mi manera de vivir; porque escrito está: “Sed santos, porque yo soy santo.”
Señor, quiero vivir conforme a Tu Voluntad.  Me conduciré en el temor de Dios todo el tiempo de mi vida, sabiendo que fui rescatado de mi vana manera de vivir.  El pago de mi rescate no fue con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación, el cual ya estaba destinado desde antes de la fundación del mundo, pero se ha manifestado en los postreros tiempos por amor de nosotros.  Por lo tanto,  yo purifico mi alma por la obediencia a la verdad, no por mis propias fuerzas sino mediante el Espíritu, siendo renacido de simiente incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre. Amén.

[Apocalipsis 7:10-12; 2 Timoteo 2:15; 1 Pedro 1:13-23]


Aquí terminamos el estudio del Salmo 119.
Gracias por haber participado.  Bendiciones a todos.


2 comentarios:

  1. Gracias. Muchas gracias

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  2. Cuánta bendición he recibido al ahondar en el salmo 119!muchas gracias!
    He aprendido y reflexionado, me he dado cuenta de que sólo Jehová es lo que necesito, y que su "dabar" para mi, es una delicia, sólo Jehová salva y es a través de Jesucristo que alcanzamos todas las promesas....
    Muy feliz con el estudio, muy claro y fácil de entender.
    Empezaré ahora con las fiestas.
    Desde Mendoza, Argentina, Laura.

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