jueves, 20 de septiembre de 2012

PIDAN, Y RECIBIRÁN



(Día 33)



¿Qué hace un bebé cuando necesita algo?  Ya sea que tenga hambre, o sienta dolor, o necesite ser cambiado de pañal, o se siente solo, el bebé llora.  El llanto es algo natural para el bebé; nadie se lo enseñó, sino que lo hace por naturaleza.    Cuando los niños aprenden a hablar, los padres les enseñan a pedir en lugar de llorar cuando quieren algo.  Conforme van creciendo y madurando, los jóvenes aprenden a distinguir entre lo que sus padres le darán y lo que le negarán, y piden conforme a eso. 

La misma dinámica aplica a la vida espiritual.  Al principio sólo sabemos clamar y llorar para que nuestras necesidades sean satisfechas, o nuestros deseos sean cumplidos.  Pero conforme vamos madurando espiritualmente, aprendemos a pedir según la voluntad de Dios.
(1 Juan 5:14-15)  Y esta es la confianza que tenemos delante de El, que si pedimos cualquier cosa conforme a su voluntad, El nos oye.  (15)  Y si sabemos que El nos oye en cualquier cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hemos hecho.

(Juan 15:7)  Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que queráis y os será hecho.

En el Sermón del Monte, Jesús explicó que si queremos recibir, debemos pedir.
(Mateo 7:7-11)  Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá.  (8)  Porque todo el que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. 

¿Por qué no recibimos?  Santiago nos dice que por dos razones:   porque pedimos mal, o  porque simplemente no pedimos.
(Santiago 4:1-3)  ¿De dónde vienen las guerras y los conflictos entre vosotros? ¿No vienen de vuestras pasiones que combaten en vuestros miembros?  (2)  Codiciáis y no tenéis, por eso cometéis homicidio. Sois envidiosos y no podéis obtener, por eso combatís y hacéis guerra. No tenéis, porque no pedís.  (3)  Pedís y no recibís, porque pedís con malos propósitos, para gastarlo en vuestros placeres.

Todo padre amoroso desea complacer a su hijo, pero no siempre le da lo pide, ya sea porque no puede o porque no le conviene al niño.  Un niño pide, pero no recibe todo, porque a veces no pide bien.  Pero si pide lo que es justo y bueno, seguramente lo recibirá, en la medida de lo que sea posible.  Esta misma confianza debemos tener en Dios, porque Él es bueno y generoso. 
(1 Juan 3:21-22)  Amados, si nuestro corazón no nos condena, confianza tenemos delante de Dios;  (22)  y todo lo que pidamos lo recibimos de El, porque guardamos sus mandamientos y hacemos las cosas que son agradables delante de El.

¿Por qué razón no le pedimos más a Dios?  Muchas veces es porque, en el fondo, no creemos que Dios es bueno ni que quiere complacernos.  No conocemos a Dios como un Padre amoroso y generoso.  Por eso Jesús dijo:
(Mateo 7:9-11) ¿O qué hombre hay entre vosotros que si su hijo le pide pan, le dará una piedra,  (10)  o si le pide un pescado, le dará una serpiente?  (11)  Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará cosas buenas a los que le piden?

(Salmo 145:17-19)  Justo es el SEÑOR en todos sus caminos, y bondadoso en todos sus hechos.  (18)  El SEÑOR está cerca de todos los que le invocan, de todos los que le invocan en verdad.  (19)  Cumplirá el deseo de los que le temen, también escuchará su clamor y los salvará.

¿Qué espera Dios de nosotros al pedir y al orar?  ¡FE!  Que creamos en Él. 
(Santiago 1:6-8)  Pero que pida con fe, sin dudar; porque el que duda es semejante a la ola del mar, impulsada por el viento y echada de una parte a otra.  (7)  No piense, pues, ese hombre, que recibirá cosa alguna del Señor,  (8)  siendo hombre de doble ánimo, inestable en todos sus caminos.

(Marcos 11:22-24)  Y Jesús respondió, diciéndoles: Tened fe en Dios.  (23)  En verdad os digo que cualquiera que diga a este monte: "Quítate y arrójate al mar", y no dude en su corazón, sino crea que lo que dice va a suceder, le será concedido.  (24)  Por eso os digo que todas las cosas por las que oréis y pidáis, creed que ya las habéis recibido, y os serán concedidas.

El Señor no sólo espera que creamos que Él es Dios Todopoderoso, sino que sepamos que Él es Nuestro Padre que nos ama y nos desea lo mejor, y se complace en agradarnos.

ORACION
Señor, Justo eres Tú en todos sus caminos, y bondadoso en todos sus hechos.  Tú estás cerca de todos los que te invocan, de todos los que te invocan en verdad.  Cumplirás el deseo de los que le temen, también escucharás su clamor y los salvarás. Señor, te invocaré y vendré a rogarte, porque sé que me escucharás.  Te buscaré y te hallaré, cuando te busque de todo corazón.

Y esta es la confianza que tengo delante de Ti, que si pedimos cualquier cosa conforme a Tu voluntad, nos oirás.  Señor, yo sé que Tú podrás Tu deseo en mi corazón.  No quiero pedir de mi necedad, sino conforme a Tu Voluntad. Así podré pedir bien, lo que conviene, lo que trae bendición. 

Señor, confío callado en Ti, esperando con paciencia, porque yo sé que los planes que tienes para nosotros son planes de bienestar y no de calamidad, para daros un futuro y una esperanza. 

[Salmo 145:17-19; 1 Juan 5:14-15; Salmo 37:4-7; Jeremías 29:11-13]
  


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