viernes, 2 de septiembre de 2011

Esdras 1: Las Sendas Antiguas

¿Cuál era el propósito principal por el cual Dios movió cielo y tierra para librar a Su Pueblo del cautiverio en Babilonia?
La razón la sabían los judíos, y lo tenía claro aún el rey de Persia, como leímos ayer:
(Esdras 1:2-3)  Así dice Ciro, rey de Persia: El SEÑOR, el Dios de los cielos, me ha dado todos los reinos de la tierra, y Él me ha designado para que le edifique una casa en Jerusalén, que está en Judá.  (3)  El que de entre todos vosotros pertenezca a su pueblo, sea su Dios con él. Que suba a Jerusalén, que está en Judá, y edifique la casa del SEÑOR, Dios de Israel; Él es el Dios que está en Jerusalén.

La libertad no era para que se fueran a cualquier lugar que les pareciera…sino para que regresaran a Sión.   No era para que hicieran lo que quisieran…sino para que reedificaran Jerusalén, comenzando por el Templo.

Así como Dios quería que regresaran a Jerusalén para reedificar el Templo, también hoy quiere que regresemos a las sendas antiguas para edificar Su Iglesia.

Retorno a las Sendas Antiguas
La definición de restauración es: “volver a poner una cosa en el estado que antes tenía”.
Eso es lo que Dios quiere hacer con nosotros. 

Lo que llevó al pueblo al cautiverio en Babilonia fue la desobediencia. 
(Jeremías 18:15-16)  Pues bien, mi pueblo me ha olvidado, queman incienso a dioses vanos, y se han desviado de sus caminos, de las sendas antiguas, para andar por senderos, no por calzada,  (16)  convirtiendo su tierra en una desolación, en una burla perpetua. Todo el que pase por ella se quedará atónito y meneará la cabeza. 

Desobediencia à Cautiverio
Obediencia à Retorno y Restauración

El retorno es volver a la obediencia.  Es hacer las cosas como Dios manda, y no como cada uno quiere. 

Dios nos perdona, no para que sigamos igual, sino para darnos una segunda oportunidad para hacer bien las cosas, como Él manda.  Para ello, debemos saber qué es lo que Dios quiere: debemos conocer Su Palabra, y debemos saber cuál es Su orden. 

Éste es el regreso a las sendas antiguas, al Buen Camino que Dios diseñó desde tiempos antiguos.  Él no ha cambiado; es el mismo ayer, hoy y por siempre (Heb. 13:7-8).  Somos nosotros quienes nos hemos desviado, y debemos regresar a Su voluntad.   
(Jeremías 6:16)  Así dice el SEÑOR: Paraos en los caminos y mirad, y preguntad por los senderos antiguos cuál es el buen camino, y andad por él; y hallaréis descanso para vuestras almas…

(Isaías 30:21)  Tus oídos oirán detrás de ti una palabra: Este es el camino, andad en él, ya sea que vayáis a la derecha o a la izquierda.

Oremos…
Escucha, oh Dios, desde los cielos, y perdona el pecado de tus siervos y de tu pueblo.  Ya estamos cansados de hacer nuestra propia voluntad, porque no nos ha traído buenos resultados.  Enséñanos el Buen Camino por el que debemos andar.   No queremos desviarnos ni a derecha ni a izquierda. 

Queremos regresar a las sendas antiguas.  Indícanos cuál es el camino por donde debemos ir y lo que debemos hacer.  Revélanos la verdad, porque queremos hacer Tu Voluntad.

[I Reyes 8:36; Jeremías 42:2-3] 


1 comentario:

  1. Gracias a quien lo publico Dios le siga bendiciendo muy bueno lo voy a comparti

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